Las religiones monoteístas, excepto la cristiana, siempre sabias, protegieron a sus mujeres con leyes protectoras para que sus pieles no padeciesen del duro castigo de la acción solar en horas solo adecuadas para la fotosíntesis o la siesta.
Las occidentales, cristianas en su mayoría, prefieren padecer del fuego terrenal del mediodía en lugar de esperar por el bronceado en serie del no tan lejano averno.
desmantelamiento
Hace 1 día
2 comentarios:
La influencia de la religión en ese sentido parece que tiene que ver más con la sexualidad que con el sol, je,je.
Bonitas fotos, para no variar.
Saludos.
Si es que es mas barato un bronceador.....
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