Desde el 15 de Mayo, en todas las grandes ciudades españolas, fueron creciendo acampadas que cobijaban bajo sus toldos crecientes marejadas de jóvenes indignados con la clase política dominante que no atendía ninguna de sus necesidades vitales.
Esperemos que estas tres semanas de indignación hayan servido para despertar la adormecida juventud del siglo XXI.