La fría noche del 25, cuando todo Gijón despereza de la larga velada de Nochebuena, este inmigrante rumano intenta alegrar la fría tarde con las notas de "Noche de Paz" de su melancólico saxofón, lejos de su tierra natal.
La mayoría pasa de largo como si no oyese la dulce melodía navideña, otros le regalan una tímida sonrisa y unos pocos se acercan a depositar sobre la funda de su trompeta unas monedas que agradecen su nostálgica música.