Mundo pasea por el espigón del puerto de Candás y aprovecha el tiempo primaveral para pescar un muil, que le ayude a pescar una lubina, que a su vez complemente la cena familiar.
A sus 91 años aún recuerda sus tiempos marineros que le llevaron a pasear por puertos allende los mares.
También recuerda otros múltiples trabajos y los duros días en los que doblaba jornada en la obsoleta Ensidesa.
Se nota en sus palabras, y también en su mirada, que está satisfecho de como encaró los días de su larga vida.
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