Siempre es bueno mantener las buenas costumbres.
Los sábados suelo compartir una cerveza tostada con los amigos. Esta vez cambié el bar por el salón de mi casa, y los viejos amigos por mi nuevo amigo, Simón.
Qué alejada está su charla amena, sincera y certera, de las somnolientas y "encorsetadas" a las que nos tienen acostumbrados nuestros "amigos" políticos.
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