En 1925 comienza la profundización del Pozu Samuño (Langreo), que finaliza tras la Guerra Civil. En la posguerra contó con una colonia penitenciaria que llegó a albergar 180 presos, los cuales conmutaban parte de su pena trabajando en el pozo.
En 1967 la explotación pasaría a manos de Hunosa y estuvo en funcionamiento hasta su cierre en 2001.
El castillete actual es una pieza de soldadura de los años 80 y tiene unos 20 metros de altura.
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