Cuando este invierno caminábamos por los montes nevados, contemplábamos con ojos lastimosos esta solitaria vaca, que tras un alambre de espino, nos devolvía la mirada con ojos tristes y ansiosos de libertad.
Hoy, en nuestras casas, envidiamos su forma de confinamiento mientras buscamos desesperadamente un alambre de espino que nos aísle y proteja del Covid19.
desmantelamiento
Hace 1 día
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