Un mes tiene Pedro Sánchez para sacar de una chistera,
negra, profunda y llena de "líneas rojas" -producto de la desconfianza de los
jóvenes partidos en los últimos gobiernos vestidos de corrupción-, el conejo
blanco de la investidura.
Pero si ardua es la tarea de convencer a éstos, misión
imposible será que los suyos permitan que las erguidas orejas blancas del
conejo investidor sobresalgan sobre el ala de la chistera.
Si esto ocurriera, volvería a la actualidad el slogan de Adidas: Impossible is Nothing.
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