De todos los
animales que había creado con el que menos satisfecho estaba Yahveh era con el
Homo Sapiens. Tal era su descarrío que el Sr. de los Cielos tomó una drástica
solución: Tener un hijo y sacrificarlo para que este inmenso dolor redimiese al
hombre de sus grandes e inmensos pecados. Alabado sea el Señor.
Pensó el Creador
cuál sería la mujer adecuada para concebir su hijo Redentor y tras desechar
numerosas bellas y jóvenes vírgenes libres de compromiso terrenal se decantó
por la judía María, casada con el carpintero de Nazareth, sin haber realizado
comentario alguno de sus planes al honesto carpintero. Misterios
incomprensibles del Señor, pensó sumiso José.
Así María pasó a ser la primera Madre de alquiler sin que José haya cobrado renta alguna, que se sepa.
Así María pasó a ser la primera Madre de alquiler sin que José haya cobrado renta alguna, que se sepa.
2 comentarios:
Realmente lo describiste tal cual.Nunca lo había pensado y....ya ves,despues pensamos que son los tiempos modernos los que nos hacen llegar a practicar éstos tipos de "contratos".
Qué bueno! Habrá que explicárselo a Gallardón!
:D
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