Mientras los niños europeos se disgustan porque sus padres no les compran la última novedad del año en el mundo de los "skaters" estos dos infantes cubanos "pasan" de marcas y disfrutan con sus monopatines artesanos construidos por sus hermanos mayores reciclando unas cajas de madera y los rodamientos del último coche desguazado del 50.
4 comentarios:
Qué luz tiene esa sonrisa!!! :)
Veo que supiste aprovechar también este viaje! ;)
Gracias por la visita, Jud.
Todavía continúo hechizado por el encantador pueblo cubano.
Aún espero el beso de la rana que me rompa el hechizo y me vuelva a convertir en "voyeur" callejero.
El ingenio no necesita marcas. Y como dijo una amiga, la pobreza no se cuestión de dinero...
claro, lo importante es tener a tu alrededor gente que te pueda entregar amor, no dinero sino amor...
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