jueves, 23 de octubre de 2014

Ayer


Ayer fue miércoles toda la mañana.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas hasta el río.

A eso de las siete cruzó el cielo
una lenta avioneta, y ni los niños
la miraron.
Se desató
el frío,
alguien salió a la calle con sombrero,
ayer, y todo el día
fue igual,
ya veis
qué divertido,
ayer y siempre ayer y así hasta ahora,
continuamente andando por las calles
gente desconocida,
o bien dentro de casa merendando
pan y café con leche, ¡qué
alegría!

La noche vino pronto y se encendieron
amarillos cálidos faroles,
y nadie pudo
impedir que al final amaneciese
el día de hoy,
tan parecido
pero
¡tan diferente en luces y aroma!

Por eso mismo,
porque es como os digo
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca

volverá a ver jamás sobre la tierra.


Ángel González

lunes, 20 de octubre de 2014

The "saviour" bell


   Me llaman la Salvadora. Soy yo quien hace que el templo se agite,que el mercado comience, que los cielos retumben y que reverbere la helada y terrible oscuridad de la muerte ; con el sonido entero de mi octava atraigo al viento que transporta las estrellas y penetro hasta lo mas profundo del bosque mientras que con mi voz serena llena de escondida dulzura alcanzo tanto el espíritu de los jóvenes como el de los viejos.