Desde su niñez soñó con amansar el mar y poder llevárselo a su casa. Hoy por fin, toda una vida más tarde, ha conseguido realizar su sueño. Ya lo tiene en su mesita de noche dentro de un tarro de mermelada.
Mientras los adultos del Este y del Oeste, del Norte y del Sur, cada día que pasa más se empeñan en mostrar sus diferencias y ocultar sus semejanzas; los adolescentes, y sus juegos, se parecen sea cual sea su procedencia.
Ha pasado su larga vida yendo de un lugar a otro buscando el pan de sus hijos y ahora, sentada, se limita a ver pasar la vida acurrucada ante el portal de su última morada.