domingo, 12 de mayo de 2013

Faraón


Faraón no es un toro de lidia, no, pero que no sirva para entretener a los sedientos sanguíneos del coso no por eso debemos poner en duda su bravura.
Los prados de Tarna donde pace en compañía de una decena de vacas casinas no necesita de perro que cuide el ganado. Solo con bajar su testuz y levantar su guerrera mirada es suficiente para ahuyentar a todo invasor amigo de lo ajeno.
Cuando la nieve cubre los campos tarninos,  Faraón y sus fieles compañeras de rumia cambian los prados del Alto Nalón por los más benévolos de Veranes en el concejo de Gijón. Todos los inviernos se suben al camión de transporte sin mugido alguno sabiendo que tras el viaje rodado les espera un tierno verde con el que rumiar los fríos días del invierno.