miércoles, 20 de julio de 2011

Memento


Los países comunistas del Este siempre fueron propensos a exaltar a sus héroes con inmensas esculturas colocadas en las plazas más céntricas de sus capitales.
Hungría, primer país desertor del comunismo, lejos de imitar al resto de las naciones ex-comunistas demoliendo dichas esculturas, formó un parque en las afueras de Budapest y las colocó allí como si personas de un pueblo de bronce fuesen.